El proyectista Jordi Saladié junto a su equipo fueron los encargados de la iluminación de la planta baja de la masía. Para la ocasión, el equipo utilizó material de la firma Erco.
Una de las ideas generadoras del proyecto fue transmitir la nostalgia que supone pensar y observar el pasado. Es por ello, que en cada una de las vitrinas que conservan objetos personales de los hermanos Cabanyes, se reproduce, a través de tiras de dos tiras de led con diferente temperatura de color, una puesta de sol.
Para las pinturas, se utilizaron proyectores –jilly reflector spot- con recorte para dirigir y potenciar la presencia de los cuadros. El resto está iluminado con jilly bañador.
En el espacio del museo dedicado a la música, se le dio a la luz un color ámbar, propio de las partituras antiguas, que transmite la sensación de melancolía.
En la sección dedicada a la literatura, a través de una luz violeta, se refuerza la intensidad del libro enjaulado.
El resultado ha sido un espacio cuidado en cada detalle donde la luz se ha utilizado de una manera prolija y consciente, potenciando y reforzando, lo que quiere transmitir el conjunto del museo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario